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Miguel Ángel Berna. Foto: Jaime Oriz

Actualidad

Nada le define mejor que 'Berna se escribe con jota', el título de una de las obra del bailarín y coreógrafo aragonés Miguel Ángel Berna. Comenzó a bailar esta danza tradicional cuando tenía 8 años y, aunque se ha formado en otras disciplinas como la danza clásica, la contemporánea o el flamenco, la jota sigue formando parte del corazón de sus trabajos, tanto los desarrollados con su compañía Danza Viva, como con otros creadores. Del 17 al 19 de noviembre de 2021 comparte con los bailarines del Ballet Nacional de España la esencia de su lenguaje coreográfico y su trabajo para que incluir la jota en nuevas creaciones escénicas en uno de los talleres #BNEenMovimientoPerpetuo programados este mes de noviembre sobre la actualización de las danzas tradicionales.

¿Cómo has planteado el taller con los bailarines del Ballet Nacional de España?

El taller se distribuye en tres partes; la primera es la revisión de los pasos tradicionales de la jota aragonesa y su evolución técnica como pilar para manipular en mi lenguaje coreográfico. Después, construiremos las secuencias de los pasos para el montaje coreográfico de La Templanza. Esta coreografía, que ha ido evolucionando a lo largo de los años desde que ganó el primer premio del IX Certamen de coreografía de Danza Española y Flamenco en el año 2000, reúne toda la esencia del desarrollo de mi lenguaje coreográfico. También es una constante en mi trayectoria el trabajo musical para adaptar la música original a la coreografía. Por último, desarrollaremos la técnica de la castañuela en su forma tradicional (dedo corazón), y la confrontaremos con el uso de la castañuela en la danza española (dedo pulgar). Toda mi carrera ha estado en constante evolución a través de este instrumento tan importante para la danza española.

¿Cuál es la idea que pretendes transmitirles?

El objetivo fundamental es analizar y reflexionar sobre cómo usar los bailes tradicionales y la capacidad de adaptarlos a la sociedad en la que vivimos. Una de las ideas más importantes que quiero transmitir concierne a la importancia de la evolución de la danza tradicional para convertirse en un instrumento coreográfico que pueda abordar grandes obras y ponerlas en escena. Esta es una de las razones por las que se hace necesaria la evolución coreográfica de la danza tradicional, más allá de los repertorios de los grupos folclóricos, para que se pueda situar en el panorama internacional de la danza tal como lo ha hecho el flamenco.

¿Es la jota la danza folclórica española más conocida fuera de España? ¿Cómo la definirías para distinguirla de otras danzas populares?

La jota es conocida en algunos territorios de América del Sur, sobre todo por el recorrido artístico que esta hizo en algunos lugares como Argentina en los que reconocidos artistas la dieron a conocer durante sus giras, así como a través de agrupaciones folklóricas relacionadas con las distintas casas de Aragón en el mundo. Estas, como ya sabemos, proliferaron a partir de mediados del siglo XX y son las que a día de hoy siguen ocupándose de la difusión de la jota. A excepción de estos lugares, y por mi experiencia en el extranjero puedo afirmar que la jota no es precisamente muy conocida ni la más difundida. La defino como un lenguaje común de todos los españoles que ha desarrollado características únicas y específicas en las diferentes comunidades autónomas.

¿Qué se asemeja y se diferencia entre las jotas de las diferentes regiones de España?

En su lenguaje popular las diferencias radican en las particularidades geográficas y climatológicas que han influido en la forma de ejecutar la danza así como sus funciones sociales. Sin embargo las diferencias y semejanzas de la jota de escenario radican más bien en la evolución técnica de la misma.

¿Hay relevo generacional en la jota, o en el folclore, en general?

En Aragón no existe relevo generacional en lo que se refiere a la jota popular, debido a la pérdida de su vigencia social. Queda todavía un gran trabajo de revalorización de este patrimonio inmaterial. Por lo que se refiere a la jota de escenario, hay un relevo generacional vinculado a la enseñanza de las escuelas de los grupos folclóricos. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer por lo que concierne a nuevas creaciones para las artes escénicas, como sí ha ocurrido con el flamenco.

¿La danza que se baila en un escenario es la misma que se baila en la plaza de un pueblo?

No. En el momento que sacas la danza popular de su contexto social y de su función comunitaria se convierte en otra cosa; es espectáculo o, mejor llamarla arte. Este es un discurso que habría que abordar de manera larga y tendida, y con una visión antropológica del asunto.

¿La jota puede evolucionar o hay que preservarla para que no desaparezca porque es un patrimonio en extinción?

La jota para escenario tiene necesariamente que evolucionar. La jota popular evoluciona por sí misma siempre y cuando se mantenga vigente en la sociedad.

¿Una jota puede expresar cualquier cosa o es un lenguaje con un registro limitado a la tradición?

¿La tradición es limitada? ¿O por ser tradición hay cosas que no puede contar? Se han escrito grandes obras en la Antigüedad que se han inspirado en las tradiciones y costumbres populares.

Unes en tu último espectáculo la jota y la taranta italiana. ¿Encuentras similitudes o complementariedades también con otras danzas? ¿Ves posible una jota fusión? ¿Con qué otro tipo de danza sería más fácil fusionarla?

En muchas ocasiones mis propuestas se han interpretado como una fusión con otros lenguajes. Sin embargo, mi propósito ha sido buscar los nexos culturales que en algún momento mi tradición ha compartido con otras tierras. Con la Taranta italiana está claro que mi búsqueda ha recorrido la antigua herencia de la Corona de Aragón; y queda todavía mucho por investigar sobre las relaciones entre la jota y la tarantela, porque comparten un lenguaje popular que podría tener un origen común. Así, volviendo la mirada al pasado y a todos los espectáculos que he realizado, he intentado vincular mi lenguaje, que ha evolucionado en un género propio, partiendo de la tradición de mi tierra y llegando a encontrar otras culturas que en algún momento Aragón compartió.

Por lo que se refiere a la fusión en sí, considero que todas las danzas populares son el resultado de una fusión tras otra que, con el tiempo, se han asentado en cada lugar adquiriendo características específicas.