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Maribel Gallardo interpreta a la Bella Otero en su madurez. © Maria Alperi

Actualidad

El Teatro Calderón acoge este espectáculo sobre la legendaria bailarina del 7 al 9 de febrero con las entradas casi agotadas. Coreografiada por Rubén Olmo y estrenada en 2021, propone un viaje por los principales escenarios de su agitada biografía.

La Bella Otero se estrena mañana viernes en el Teatro Calderón de la capital castellanoleonesa tras girar por varias ciudades del territorio nacional y extranjero con excelente acogida del público. Noelia Ruiz, bailarina del Ballet Nacional de España, encarnará a la joven Otero, mientras que Maribel Gallardo, colaboradora especial, interpretará a la protagonista en su madurez. La compañía, cuya última visita a Valladolid fue en 2019, casi ha agotado las entradas para los tres días de representación.

La Bella Otero  es un espectáculo de gran formato que transporta al espectador en el tiempo para conocer las peripecias vitales de la bailarina más deseada de la Belle Époque. Rubén Olmo, coreógrafo y actual director de la compañía, ha puesto la danza al servicio de la historia para narrar la vida de Carolina Otero, una mujer que se inventó a sí misma a partir de un suceso trágico de su infancia, triunfó como artista y cortesana, y terminó sola y arruinada por el juego.

Hace muchos años, cuando ni siquiera había iniciado mi carrera como coreógrafo, encontré unas postales de la Bella Otero en una tienda de segunda mano. Cuando descubrí que una de las mujeres más famosas de su época era de una aldea de Pontevedra tuve claro que tenía que crear un ballet sobre su vida. Pero sabía que necesitaba tener el respaldo de una gran compañía para poder realizarlo como lo imaginaba, como un espectáculo de gran formato; dirigir el Ballet Nacional de España me ha permitido hacerlo realidad”, explica Rubén Olmo sobre el origen de su coreografía.

Una gran producción con colaboradores de prestigio

Para afrontar la complejidad de esta gran producción, el Ballet Nacional de España ha contado con la colaboración de profesionales de reconocido prestigio en el ámbito de las artes escénicas nacional y europeo.  

El actor y director de escena Gregor Acuña-Pohl se ha encargado de dramatizar el argumento, seleccionando aquellos momentos de la biografía de la artista que mejor pueden expresarse mediante la danza, sin intentar ser exhaustivo. “He intentado ceñirme al personaje histórico y hacer de ello un ballet que emocione al público, sin juzgarla. Lo más importante para mí era mostrar una persona con mucho magnetismo, carisma y fuerza”.

En cuanto a la música de La Bella Otero, destaca por la gran diversidad de estéticas que conforman la partitura, aunque está concebida como una gran unidad compositiva. En ella cohabitan desde el folclore gallego a estéticas con aspiración experimental o vanguardia, desde flamenco a relecturas actuales de estilos y formas usadas en la Belle Époque. Esta diversidad se ha resuelto con la creación de una obra colectiva en la que han participado tres compositores para la parte sinfónica: Manuel Busto, Alejandro Cruz y Agustín Diassera. Además, han colaborado con composiciones flamencas los guitarristas Diego Losada, Víctor Márquez, Enrique Bermúdez y Pau Vallet; y el grupo Rarefolk ha ambientado la escena que transcurre en Galicia con su particular rock celta psicodélico. El director y compositor Manuel Busto ha sido el encargado de dar coherencia al conjunto: “Mi principal reto a la hora de desarrollar los arreglos y las orquestaciones fue que no perdieran un ápice de la frescura y personalidad original, pero quedaran insertadas como parte natural de la obra”.

 

Junto a la creación de una partitura tan compleja y variada, otro de los retos de este ballet dramático ha sido el diseño de los cerca de 200 figurines necesarios para vestir a los bailarines en épocas y escenarios tan diversos como una aldea gallega, el París de la Belle Époque, o un café cantante. La pieza central del vestuario, diseñado por Yaiza Pinillos, es el traje de pedrería de estilo bizantino que la Bella Otero viste en uno de sus retratos más icónicos, realizado por Reutlinger. A la dificultad de diseñar un vestuario que refleje una época, pero que permita bailar y cambiarse fácilmente entre escenas, se suma el uso de pelucas, barbas, bigotes y sombreros que exigía la caracterización de los personajes. “Tanto el director, como el equipo técnico y yo estuvimos de acuerdo en asumir el esfuerzo de representar la época, esfuerzo que comparten también los bailarines y bailarinas, que deben asumir cambios de look muy complejos que implican no solo vestuario sino también caracterización, además de ejecutar los pasos con esos elementos de vestuario y posticería”.

Eduardo Moreno, Premio Max a la Mejor Escenografía en 2012 por De ratones y hombres, afrontó el desafío de diseñar un solo elemento arquitectónico que ayudara a identificar temporal y geográficamente cada una de las escenas con unos simples añadidos. Para ello ideó una cúpula, que enmarca toda la función y acoge las distintas escenas. Respecto a la iluminación, diseñada por Juan Gómez-Cornejo, Premio Nacional de Teatro, arropa a los bailarines aportando un elemento emocional a cada ambientación: “La luz debe acompañar, arropar, ayudar y, si fuera posible, acariciar a esos bailarines y bailarinas para que la historia llegue al patio de butacas con la mayor nitidez y la misma emoción con la que se ha creado”.

 

La Bella Otero
BALLET NACIONAL DE ESPAÑA

Programa:

LA BELLA OTERO
Teatro Calderón
Valladolid

Viernes 7 de febrero de 2025. 19:30h.
Sábado 8 de febrero de 2025. 19:30h.
Domingo 9 de febrero de 2025. 19:30h.