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Albert Hernández y Álvaro Marbán. Fantasía Galaica. Centenario Antonio Ruiz Soler. Foto: Pablo Guidali.

Actualidad

El 4 de noviembre de 2021 Antonio Ruiz Soler, más conocido como Antonio el Bailarín, habría cumplido 100 años. Para recordar la figura del bailarín, coreógrafo y director que más ha marcado la evolución de la danza española, del que se cumplen también 25 años de su fallecimiento, el Ballet Nacional de España, dirigido por Rubén Olmo, ha preparado un programa que reúne cuatro coreografías que representa la cumbre del talento de Antonio y otras dos que siguen la estela marcada por su estilo.

La única función de Centenario Antonio Ruiz Soler que el Ballet Nacional de España ofrecerá el día 7 de octubre en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia inaugura la temporada 2021/2022. La música, compuesta por Ernesto Halffter, Isaac Albéniz, Pablo Sarasate y el Padre Soler, entre otros, será interpretada en directo por la Orquesta Sinfónica de la Comunidad de Murcia, dirigida por Manuel Coves.

“Antonio renovó la forma de bailar y engrandeció aún más la danza española, además de ser el bailarín, coreógrafo y director más completo de la historia. Dominaba todas las disciplinas y creó montajes de folclore, danza estilizada, escuela bolera y flamenco maravillosos. Interpretó y coreografió películas tanto en España como en Hollywood. Era un genio y una de las figuras de la danza en España dotadas con un carisma especial. Antonio era único”, asegura Rubén Olmo.

Estrenado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el pasado 15 de abril, las coreografías seleccionadas del que fuera director del Ballet Nacional de España entre 1980 y 1983 son Sonatas, Zapateado, Fantasía Galaica y Vito de Gracia. Las tres primeras representan la cumbre de su talento dentro de tres estilos distintos: la escuela bolera, la estilización del flamenco y el folclore estilizado, mientras que la última es un paso a dos que Antonio interpretó junto a Rosario en la película Hollywood Canteen en 1944.

Para Rubén Olmo, Sonatas refleja la influencia de la técnica de la danza clásica en el estilo de Antonio, que creó para esta suite una estructura de ballet clásico para una coreografía de estilo bolero. La versión completa de esta obra no había vuelto a los escenarios desde su estreno en el Teatro de la Zarzuela en 1982 y la posterior gira. “Me parecía que era una obra muy rica como para que siguiera en el baúl. Tampoco podíamos dejar de incluir el Zapateado. Es el solo de flamenco estilizado que quizás le dio más éxito a Antonio Ruiz Soler”, señala el director. “Fantasía galaica es una de mis obras preferidas de Antonio, porque creo que es redonda. Todavía no se ha vuelto a crear una obra así”, concluye.

El Ballet Nacional de España ha intentado ser fiel en todo lo posible a la primera versión que estrenó Antonio de estas obras, para lo que se ha estudiado el archivo audiovisual y se ha recuperado y adaptado el vestuario original de su montaje en los años 80 que Antonio cedió al Ballet Nacional de España, que lo conservaba desde entonces. Para la escenografía ha encargado proyecciones audiovisuales al artista y bailaor José Maldonado y reutilizado elementos escenográficos de otros montajes. El Teatro Real ha prestado los arcos palaciegos utilizados en Sonatas, diseñados por Daniel Bianco para la producción Las bodas de Fígaro.

Lo que diferencia a este programa de homenajes anteriores es que a estas piezas clave de la trayectoria de Antonio se unen las creaciones inspiradas en su estilo Estampas flamencas, de Rubén Olmo y Miguel Ángel Corbacho, y Leyenda “Asturias”, de Carlos Vilán. Colaborador del maestro en los últimos años de su carrera, concibió Leyenda en 2016 especialmente para Esther Jurado, bailarina principal invitada del Ballet Nacional de España, que lo incluye ahora en su repertorio. Por su parte, Estampas flamencas recorre el flamenco tradicional desde sus orígenes, tanto de vestuario como musicalmente, a través de los palos flamencos habituales en los trabajos de Antonio: el zorongo, el martinete, el taranto y los caracoles. “En conjunto, es un programa muy completo que convencerá a los amantes de la danza española más clásica”, asegura Rubén Olmo.

 

Danza española inclusiva

Dentro de las actividades pedagógicas que el Ballet Nacional de España desarrolla de forma paralela a las representaciones, el pasado lunes 4 ofreció un taller pedagógico a un grupo de menores de la Asociación para Personas con Síndrome de Down de Murcia (ASSIDO), que forma parte de Plena inclusión Región de Murcia.

La danza es una herramienta de uso terapéutico comprobado que favorece el desarrollo de las habilidades sociales y sus capacidades físicas, psíquicas y cognitivas. Los niños asistieron al taller Bailando un tesoro en la sede de la asociación en la pedanía murciana de Casillas impartido por Maribel Gallardo y Belén Moreno. Las dos integrantes el equipo pedagógico del BNE acercaron la danza española a los niños a través del vestuario, las palmas, el calzado y las castañuelas.