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El Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza celebran una nueva edición de Danza para el Parkinson en colaboración con la Asociación de Profesionales de la Danza en la Comunidad de Madrid (APDCM) por el Día Mundial del Parkinson. La actividad está basada en Dance for PD, una iniciativa creada por Mark Morris Dance Group y el Grupo de Personas con párkinson de Brooklyn, hace más de 20 años, y que en la actualidad está presente en más de 300 localidades y comunidades en todo el mundo.
Jueves, 11 de abril de 2024. El Ballet Nacional de España y La Compañía Nacional de Danza acogieron el pasado 8 de abril una nueva edición de Danza para el Parkinson. Una actividad en la que, a través del baile, las personas afectadas por esta enfermedad exploran la relación con su cuerpo, con el espacio, con sus amigos y cuidadores, fuera de todo ámbito de cuidado, mejorando así su calidad de vida.
En esta edición el equipo del BNE dirigido por Rubén Olmo, y la CND, dirigida por Joaquín De Luz, colaboraron para incorporar al repertorio de esta iniciativa un fragmento de la obra Carmen. Inmaculada Salomón, primera bailarina del Ballet Nacional de España y Elisabet Biosca, solista de la Compañía Nacional de Danza, que han representado durante años esta obra, facilitaron a los participantes el contacto con una coreografía de primer nivel.
En el proyecto participaron 65 integrantes de la Asociación de Parkinson de Móstoles, junto con sus cuidadores, familiares y sus maestras, Guillermina de Bedoya, Concha Mora Araujo y Paloma Alfonsel con las que, a modo de calentamiento, bailaron un chotis.
En Madrid, Danza para el Parkinson es un programa impulsado por la APDCM, en colaboración con otras asociaciones como APARKAM, la Asociación Parkinson de Móstoles en Móstoles, Leganés, Aranjuez, Hospitalet de Llobregat, Barcelona y el Ayuntamiento de Bollullos de la Mitación (en el aljarafe sevillano), así como de la Federación Española de Párkinson. Además del valor de encuentros artísticos en sí mismos, esta iniciativa subraya la importancia de bailar más allá del entretenimiento: la danza y los profesionales que la hacen posible son fuente de bienestar social e individual para las personas con Parkinson: “el día que bailo, me siento bien”.